Una buena tasación inmobiliaria es fundamental de cara a tramitar un préstamo hipotecario u otra operación para la que sea necesaria determinar el valor oficial del inmueble.
Imaginemos que queremos vender nuestra vivienda. Comenzamos por saber qué aspectos servirán de referencia para calcular dicho valor.
El tipo de inmuebles hace referencia a si es un casa, piso o local comercial, entre otros. Es importante saber si el inmueble es para usarlo como vivienda o si se va destinar a negocio. Una hipoteca es más flexible para el primer caso.
El número de metros cuadrados así como el estado de conservación de la construcción suponen parámetros decisivos para hacer el cálculo del valor del inmueble.
La distribución de las áreas de la vivienda también tiene su peso. Hablamos del número de habitaciones, cocina, áreas familiares, instalaciones y acabados.
El acceso a servicios complementarios es un parámetro en el que detallará si existe piscina, zonas deportivas y de juegos infantiles, ascensor, vigilancia.
La ubicación tiene una influencia enorme, tanto por lugar físico donde está construido el inmueble como por los barrios cercanos, la proximidad de colegios, comercios, centros de salud, estaciones de transporte, teniendo muy presente el posible crecimiento de creación de viviendas y de la demanda por querer vivir en esa zona.
También se tiene presente si la zona en la que se ubica la vivienda presenta un adecuado acceso y conexión a los servicios de electricidad, gas, alcantarillado, telefonía o internet.
Nos detenemos en la antigüedad del inmueble para saber los años de construcción pero también para conocer las normas, materiales empleados y técnicas existentes en la época.
Vamos a vender nuestra vivienda. El primer objetivo es conseguir que su valor sea el más alto posible en función de los parámetros antes señalados y, para ello, os nuestros algunos consejos.
Una imagen muy visual del inmueble será muy útil cuando el tasador acuda al domicilio para realizar la correspondiente valoración y también vendrá muy bien de cara a pedir un precio más alto a un posible comprador.
Piensa cómo realizar una renovación planificada de la vivienda, en la que los espacios se vean más amplios, actuales y acogedores. Recuerda que será el nuevo hogar de una familia.
Debes saber que la primera visita es decisiva pues determinará si, al futuro comprador, le llama la atención o no. Si conseguimos una primera impresión positiva, habrá una segunda. Se recomienda pintar con colores neutros y tratar de conseguir una buena iluminación.
Una vivienda puede tiene los metros cuadrados con los que fue construida pero que parezca más amplia es tarea nuestra. Elimina divisiones innecesarias y penas detenidamente cómo optimizar los espacios, como los destinados a guardar ropa, comida u determinados objetos.
El baño y la cocina tienen que ser actuales y, además, parecerlo. Ambas zonas de la vivienda son de las que más tiempo dedican a ver los posibles compradores.
Las puertas y ventas se deterioran con mucha facilidad por el uso. Colocar unas nuevas y con una estética moderna te dará un plus en la negociación.
Y cerramos con un consejo que es casi una obligación. Trabaja la eficiencia energética. Todo aquello que suponga un ahorro de energía y una reducción de la contaminación supone un extra en la valoración del comprador y del tasador.
Como ves, revalorizar el valor de una vivienda es una gran ventaja. No sólo porque, con una pequeña inversión, podemos sacar una mayor rentabilidad sino porque será más fácil que se pueda vender ya que tendrá determinados valores añadidos que no tendrán otros inmuebles que ese posible comprador también esté visitando.